Mi profesión es vocacional, ya desde muy temprana edad quise hacer la carrera de Derecho, y al efecto cursé mis estudios en la Universidad de Oviedo con la única finalidad, o al menos eso pretendia, de ejercer la abogacía en un despacho propio, como autónomo.

Mi vocación no es heredada, sino que es fruto de mi interés por prestar un servicio tan importante como es el del asesoramiento legal y jurídico a las personas, el contacto personal con ellas, la resolución de sus conflictos, y por supuesto fue importante la atracción que sobre mí inspiraba el acudir a los Tribunales, la defensa en los estrados. Toda esta inquietud me la proporcionaban solo mis ganas de ejercer la abogacía, ya que no tuve en mis antepasados ni familiares a nadie que me influyera al respecto ni que me inculcara esa vocación. Solo quería ejercer mi labor como profesional liberal y en aquel entonces no era tan difícil entrar en ese mundo, por lo que nada más terminar mis cinco años de estudios en Oviedo comencé sin dilación a ejercer la abogacía en Santander.

Siempre me han acompañado en mi andadura profesional grandes personas y, por qué no, también la suerte y desde luego mi pilar: mi familia, mis maravillosos padres, que me permitieron hacer lo que quería y donde quise, mi hermana con la que estudié en Oviedo, mis amigos…

Desde el principio pude trabajar como pasante en un despacho de abogados de gran renombre en Santander, donde aprendi mucho y sobre todo, a curtirme en los Tribunales, por lo que enseguida di el salto y me puse por mi cuenta con otros abogados, al contar con la ayuda encomiable de gente muy cercana a mí en ese momento, y que luego fue mi familia también; les doy mi agradecimiento público a ambos.

Por ello, a los pocos años de iniciar esta aventura, contaba con una amplia experiencia en el ámbito jurídico y conseguí enfrentarme a asuntos complejos y de alto calado social. Llevaba todo tipo de materias; en Santander era y sigue siendo habitual ser abogado generalista, de forma que casi desde el principio me metí de lleno en mi trabajo y profesionalmente me posicioné bien.

Desde entonces han pasado más de 30 años, y desde mi despacho sigo en la brecha profesional, sin dilación, sin fisuras, sin paréntesis y de manera ininterrumpida. Es cierto que a lo largo de todo ese tiempo ha habido etapas, y en la mayoría he compaginado la labor pura y dura de abogado ejerciente en mi despacho con otros servicios paralelos y coincidentes con la profesión: he sido abogado externo de la Administración del Gobierno de Cantabria durante unos años, he sido miembro de la Junta de Abogados del Ilustre Colegio de Cantabria en otros, trabajando para los compañeros de profesión desde el punto de vista administrativo y colegial; he entrado en el mundo de la mediación, de lleno en la conciliación laboral previa y obligatoria a la judicial, como mediadora por parte de la CEOE en el Organismo de Resolución Judicial de Conflictos Laborales (ORECLA), y además como mediadora civil, de familia, hipotecaria y mercantil.

Soy además, con el boom de los Concursos de Acreedores, Administradora Concursal en la mayoría de los Juzgados de lo Mercantil de España.

La vida docente también ha llamado a mi puerta y además de varios cursos relacionados con la profesión, que como miembro de la Junta de Gobierno del Colegio tuve que organizar e impartir, empecé a dar clases de Derecho Penal en la Escuela de los Abogados en Cantabria a nuestros compañeros que inician su andadura en la profesión (antes Escuela de Práctica Jurídica; ahora Escuela de Práctica Jurídica Nobel Carral). Desde que se creó la obligatoriedad de la realización de la especialización del Master para el acceso a la profesión de abogado hace tres años, también imparto dichas clases, dirigiendo el master a varios compañeros en la misma Escuela de Practica Juridica. He sido directora de la Revista Colegial Primera Instancia, un reto en mi vida que me encantó, y lo guardo en mi memoria como una experiencia preciosa que espero repetir, me encanta escribir…

Con esto quiero decir que mi dilatada experiencia como abogado y las actividades complementarias que he realizado en otro tiempo, algunas, y otras que sigo en la actualidad y desde hace tantos años, me han hecho especializarme en varios campos, Derecho de Civil y de Familia, Derecho Mercantil, Concursal, Hipotecario y de empresas, Derecho Penal y Laboral, según las etapas de mi vida profesional.

Podria parecer que en realidad más que especialidad toco un poco de todo, y aunque en realidad es asi, ello no resta el ser conocedor en profundidad de las materias, la profesionalidad que avala tantos años de ejercicio dedicados por entero a solventar problemas humanos, de casi toda índole, y de gran complejidad .

Al final todo se reduce al contacto permanente con las personas, a conocer sus problemas, ayudarlas y atenderlas con la máxima paciencia, cercanía, profesionalidad y seriedad, a buscar la mejor salida en cada caso personalizado. Ante un problema puede haber distintas soluciones que no necesariamente pasan, en muchos casos, por acudir a los Tribunales; de ahí mi pasión por la figura tan novedosa y rompedora, como es la mediación / conciliación / negociación, que con tanta fuerza entra en nuestras vidas y que se puede aplicar a todos los campos del derecho.

Me apasionan los retos, los casos difíciles, el estudio de los asuntos, y soy sincera: no todos los casos tienen una solución jurídica y si es asi, debe hacerse frente con seriedad a quien haya que explicárselo de esta manera.

Me encanta el Derecho Civil, porque toca casi todos los temas, me parece interesantísimo el Derecho de Familia, porque tratas a las personas en su ámbito mas íntimo, y ahí las soluciones son variadas, siempre hay una adaptada a cada caso... soy fan del Derecho Mercantil, y en concreto el Concursal, así como de la organización de las empresas, el solucionar de manera integral sus problemas de todo tipo desde el principio, económicos, laborales, etc., el Derecho Hipotecario y bancario, tan en boga y actual. Estoy al dia en el Derecho Laboral al ser mediadora del Orecla, debo estarlo y conocer cada una de las novedades legislativas y cambios que hay constantemente en la materia. El Derecho Administrativo es fundamental en nuestras vidas y lógicamente nos arrastra a conocerlo, ¿y qué decir del Derecho Penal? Es el Derecho más antiguo de los existentes, la materia en la que los abogados ejercientes demostramos realmente si somos buenos o no en lo nuestro, es el Derecho más vital para las personas, ya que se juegan su bien más preciado, en la mayoría de los casos, su libertad.

Así, el despacho de Belén Alonso Rincón surge de la motivación y vocación de una joven que desde que era adolescente quería ser abogado de profesión, abogado de los Tribunales. Se creó con esa ilusión de defender a los demás, de ayudar a las personas en todos los conflictos en que se vean envueltos.

Es cierto que con los años parte de esa ilusión no cesa, sino que se transforma debido a experiencias vividas, a la crisis de la Sociedad, como tal y desde el punto de vista económico; a la evolución de los tiempos que recae en todos, en la organización de nuestros despachos, la Era de Internet y la informática, lo telemático, la relación con nuestros compañeros, abogados, jueces, fiscales, funcionarios... con quienes estamos todos los días, y a quienes necesitamos para continuar nuestra labor.

Es cierto que los tiempos van cambiando y evolucionando, y por eso este despacho se ha ido adaptando a esos tiempos, pero sin ninguna duda con el mismo interés y el mismo objetivo que hace treinta años: la dedicación a las personas que acuden a nosotros en busca de ayuda y asesoramiento integral sin duda.